La Asociación de Mujeres Indígenas Kuna nació del corazón de la Comarca Kuna. Fundada en 1998, nuestra asociación se ha dedicado a ser un pilar de apoyo y crecimiento para las mujeres Kuna y del país.
Existimos para contribuir al desarrollo de la mujer Kuna y resto de la población del país, fortaleciendo sus capacidades individuales y colectivas. Trabajamos incansablemente para mejorar la calidad de vida, preservar nuestra rica herencia cultural y proteger el entorno natural que nos sustenta. Creemos en el potencial ilimitado de nosotras las mujeres indígenas para liderar el cambio positivo.
Promover el desarrollo integral a través de la capacitación, el apoyo social y la participación activa en la conservación de nuestro patrimonio cultural y ambiental, fomentando la autonomía, la gobernanza local y el bienestar comunitario.
Ser una asociación reconocida por liderar iniciativas que impulsen el empoderamiento y la prosperidad de los distintos sectores del pais, contribuyendo a comunidades fuertes, culturalmente ricas y ambientalmente sostenibles para las futuras generaciones.
Unidad: Trabajamos juntas con respeto y solidaridad.
Respeto: Valoramos nuestra cultura, tradiciones y a cada persona.
Autonomía: Fomentamos la independencia y la capacidad de decisión de cada individuo.
Sostenibilidad: Cuidamos nuestra tierra y nuestros recursos para el futuro.
Compromiso: Dedicación a nuestros objetivos y a nuestra comunidad.
Una vida de servicio, visión y amor por su pueblo
10 de septiembre de 2021 – Vuelo de regreso al espíritu
El 10 de septiembre de 2021, nuestra querida Edima Icaza Stanley, fundadora y guía espiritual de la Asociación de Mujeres Indígenas Kunas (A.M.I.K.), emprendió su viaje hacia el mundo de los sabios y las ancestras. Su partida dejó un vacío profundo, pero también un legado firme, luminoso y vivo, que continúa marcando el rumbo de nuestra organización y de todas las mujeres indígenas que tuvimos el honor de caminar a su lado.
Edima no solo fue una mujer Guna con conciencia y palabra; fue una visionaria que supo traducir los sueños colectivos en acciones concretas. Desde 1998, cuando fundó A.M.I.K., creyó con firmeza que la mujer indígena debía estar en el centro de las decisiones, de la defensa del territorio, del desarrollo económico, de la cultura viva, de la educación y del cuidado de la salud desde nuestros propios saberes.
Bajo su liderazgo, la organización floreció como un espacio de gobernanza con identidad, donde se tejieron redes, proyectos, capacitaciones y caminos de resistencia. Siempre decía que “la organización nace en el corazón, y se sostiene con la fuerza de todas”. Y así fue: nos enseñó que el trabajo colectivo no era solo para buscar apoyo externo, sino para recordarnos que juntas podíamos transformar nuestras realidades, sin renunciar a lo que somos.
Edima caminó incansablemente los territorios, escuchando a las mujeres, compartiendo palabra con autoridades, sembrando sabiduría en los talleres, en las ferias, en los espacios de diálogo. Su liderazgo era firme pero afectuoso, profundamente espiritual, y siempre guiado por los valores del pueblo Gunadule.
Hoy, su semilla florece en cada proyecto de A.M.I.K., en cada niña que aprende a bordar una mola, en cada joven que se reconoce como parte de su territorio, en cada mujer que alza la voz para construir comunidad desde la dignidad.
Edima Icaza Stanley no se ha ido. Vive en nuestras luchas, en nuestras palabras, en nuestras decisiones.
Y mientras nosotras sigamos caminando, ella seguirá guiando desde el espíritu, con su sonrisa serena y su convicción de que el futuro se teje con raíz, con memoria y con mujeres organizadas.
Gracias, Edima. Seguiremos tu legado con fuerza, con amor y con respeto.